Un pueblo en el olvido


Toreno es un pueblo situado al oeste de la provincia de León, en la comarca de El Bierzo, a 108 kilómetros de la capital leonesa y a 24 de Ponferrada. Está bañado por el río Sil, el afluente más importante del río Miño y se encuentra a unos 625 metros sobre el nivel del mar. La región se caracteriza por su oreografía montañosa y sus frecuentes lluvias.

Dentro del ayuntamiento de Toreno, hay varias pedanías: Matarrosa del Sil, San Pedro Mallo, Santa Leocadia, Tombrio de Arriba, Tombrio de Abajo, Villar de las Traviesas, Valderaloba, Pradilla, Santa Marina del Sil, Librán y Pardamaza, contando entre todos ellos con unos 4.300 habitantes, 3.200 de los cuales viven en Toreno.


Toreno y sus pedanías fueron durante siglos villas agrícolas y ganaderas, hasta principios del siglo XX, en que comenzó la explotación de sus reservas de carbón, cambiando totalmente el perfil de estos pueblos, sobre todo por las explotaciones a cielo abierto, que han destruido zonas antes de aprovechamiento agropecuario, y los lavaderos de las minas, que tiñen el paisaje de color negro.

ETIMOLOGÍA:

Hay diferentes teorías sobre el origen del nombre de Toreno, la más aceptada es la que me dispongo a explicar.

La palabra está compuesta por el prefijo tur- y el sufijo –eno, que es bastante común en España. Tur- derivaría de ituria, es decir, fuente y procedería de la época astur.

Para el sufijo –eno pueden encontrarse dos explicaciones:

  • La mayoría de las palabras con este sufijo derivan de nombres personales; son designaciones de fundos, que son de origen romano y se formaron en los llanos (los celtas bajaron a ellos abandonando definitivamente los castros) o villas, sacados del nombre del propietario, como era habitual en el gobierno imperial, uso atestiguado por la Tabula Alimentaria de Veleia respecto a los sufijos -anus, -acus y –ascus.
  • Cuando la derivación antroponímica no es probable ni presumible, es posible que el topónimo se remonte a época más antigua y puede no derivarse de apelativos latinos.

    El origen etimológico probalble de la palabra Toreno lo dan tres autores:
    • Schulze y Holder creen que procede de Turius, descartando su procedencia bárbara.
    • Menéndez Pidal cree que deriva de Turennus, nombre del propietario de una villa romana, que sería el núcleo de la villa actual.

    BASE ECONÓMICA:

    Como ya he mencionado antes, Toreno fue, hasta comienzos de siglo, una villa agrícola y ganadera. Con la Revolución Industrial, hacia los años 1918 o 1919, comienza la explotación de las reservas de carbón, muy abundantes en la zona y la implantación del ferrocarril en todo el valle del Sil. Precisamente el ferrocarril hizo al pueblo acercarse más al río al instalarse la estación en Torenillo, la parte del pueblo que está más allá del puente que cruza el río Sil.

    Hoy, ante el inminente cierre de las minas Toreno busca nuevos recursos para sobrevivir, sin embargo, el censo sigue bajando, ya que los jóvenes buscan trabajo en otros lugares. Además, la política de prejubilaciones en la cuenca minera rebaja el número de trabajadores en las minas, hasta llegar a su cierre definitivo.

    Pero, aparte de la minería, se sigue cultivando la tierra y es tradicional la matanza del cerdo, aunque esto es más a nivel individual, para familias y no a gran escala, al igual que la explotación de los viñedos de la zona.

    RETROSPECTIVA HISTÓRICA DE TORENO Y SUS PEDANÍAS Y PRINCIPALES MONUMENTOS:

    Si intentamos penetrar en la historia de esta villa es necesario retroceder al IV ó V milenio antes de Cristo, momento en el que comienza una de las representaciones artísticas más importantes de la prehistoria universal: "El Arte Rupestre Esquemático", una corriente artística que se prolongará hasta ya muy avanzado el primer milenio de nuestra era. Lo que indica asentamientos prehistóricos en la zona.

    Son varias las ubicaciones que podemos encontrar de estas pinturas, además de las ya conocidas de Librán en el Buracón de los Mouros encuadradas en la garganta del río Primout, en la actualidad se han hallado algunas en San Pedro de Mallo.

    Estas pinturas representan en su mayor parte, figuras antropomorfas y zoomorfas, además de multitud de grabados de difícil interpretación, aunque se puede suponer que formaba parte del pensamiento religioso.

    Estas pinturas se nos presentan en rasgos gruesos, firmes y decididos con un colorido de cierto matiz rojizo, quizá procedente del óxido de hierro.
    Los siguientes vestigios que encontramos, ya en el primer milenio, nos trasladan a los castros celtas: Toreno, Tombrio, Librán, Villar. La aparición de vasijas cinerarias y cerámica clasificada dentro del grupo "Terra Sigilata", dan muestra fehaciente de una habitabilidad continuada. Ambas muestras arqueológicas demuestran la presencia de los celtas en una primera etapa, así como su posterior ocupación.

    En el Castro de Toreno, fue abierta una zanja en 1984 para construir el depósito de agua, donde se encontraron restos de cerámica, la gran mayoría de ellos expoliados.

    La ocupación romana fue tardía en la zona, allá por el siglo IV de nuestra era, siendo innumerables los restos encontrados. De la presencia de los romanos se conservaba un puente sobre el Sil ( que unía Toreno y Torenillo) y el nombre de algún lugar que da fe de las extracciones auríferas como el prado el Louro, debajo del ya desaparecido paso a nivel del ferrocarril, y la llanura de El Lobo.

    El puente sobre el río Sil, fue reconstruido en el siglo XVIII tras ser destruido por una crecida.

    Tras la ocupación romana, hicieron acto de presencia las tribus bárbaras. En esta época la zona se redujo a un aletargamiento de sus costumbres y empresas, hasta que en el siglo VII, con el influjo de la "Regla Communis" de San Fructuoso, El Bierzo despierta desde los valles de Compludo.
    La repoblación medieval se inicia en el siglo IX, con la labor emprendida por diversos monasterios, como los de Santa Leocadia de Casteñeda, fundado por los monjes Valentín y Moisés a mediados de este siglo y reconstruido por San Genadio a comienzos del X y San Juan de Toreno, erigido a finales del X por Jimeno Velaz, y cedido al Antenor.

    La donación por Fernando II, en 1170, del monasterio de Santa Leocadia a la iglesia de Astorga abre un proceso de feudalización, que continuará con la cesión en 1396, a Pedro Suárez de Quirós, de los territorios de Ribas del Sil de Yuso y de Suso, a los que en 1225 había dado fuero el rey Alfonso IX. En manos de esta familia, la de los condes de Luna, permanecerán hasta el fin del Antiguo Régimen. La parte meridional del valle, Toreno y sus lugares, seguirán en manos de la iglesia de Astorga hasta 1582.

    A principios del siglo VIII y todavía en vida del último rey godo, don Rodrigo, habitaba el palacio de la villa de Toreno el caballero don Lope González. Estamos en el año 720, segundo del reinado de Pelayo, en época de reconquista nos encontramos con el avance de los moros hacia los montes de Oviedo y Galicia, y el intento de penetración hacia la cueva de Useña y la historia prodigue:

    "Otros fueron a la provincia del Vierzo, donde hallaron el río que llaman el Sil, poderoso, el qual tiene algunas puntes hechos de cal canto. Dizen ser obras de Hércules, donde hallaron en algunos de ellas, para el paso, resistenzia de los cristianos que allí habitaban naturales, entre los cuales una de ellas fue la villa de Toreno, donde vinieron cantidad de moros para ganarla y poder pasar por aquel valle a Arvás y Asturias. Y los de aquel lugar, ques cerca del río, -donde havia una torre y havia cuerpo de jentes-, tenían su reparo y guardia al cavo del puente, por donde havian de venir los moros. Y una madrugada, antes del día, llegaron. Y en esto, los cristianos, repentinamente, con tanto alarido, desampararon el rastrillo y bolvieron corriendo a la torre, donde uno de los que allí estaban quedó solo, con gran animo y esfuerzo, con un venablo en la mano y dando grandes voces, a las quales desampararon, didendo: "iVuelta Vuelta…i" Los cuales, de vergüenza volvieron y defendieron el puente y todo aquel paso, por donde los moros por allí no puedron pasar ni entrar, y fueron el río abajo azia Gallda, hasta el valle de Boizas, donde se les hizo de otros valerosos cristianos resistenda, de manera que no hizleron nada".

    Savido por el rey, le dio a este esforzado caballero de Toreno por armas la dicha torre y puentte y 33 estrellas de oro en campo azul, y unas como estacas verdes de puntas sangrienteas, que se defendieron con ellas. Y quedolés aquella letra "Vuelta Vuelta”, al reves. Y también los descendientes de aquel hidalgo hastta oi conservan por sobrenombre estta palabra -Buelta".

    Esta hazaña, que llevó acabo don Lope para que sus hombres diesen aquella vuelta, le valió el sobrenombre de "Buelta", reconocido por Cédula Real, y que a partir de entonces llevaron todos sus herederos.

    La batalla propiamente dicha, es ubicada por algunos en el lugar conocido como la "Matanza", lugar situado entre los actuales Alinos y Matarrosa, hoy linares de esta segunda. Pero ateniéndonos al puente y la torre, podríamos deducir que era Toreno.

    Sabemos que, en 1086 existía en el paraje conocido hoy como "Castillo Formoso", un castillo perteneciente al gran noble berciano Monio Muñiz, marido de Velasquita y padre de Jimena Muñiz (+ 1128), concubina de Alfonso VI enterrada en el monasterio de San Andrés de Vega de Espinareda. Y junto a él nació "El Barrio", con la ermita de San Andrés y dos asentamientos sucesivos que alcanzaron las postrimerías del siglo XIX y, no muy lejos de aquí en dos altozanos en el terreno, bien situados estratégicamente, estaban "La Forca" (horca), a la derecha, y "El Rollo” a la izquierda. Este Rollo o Picota, hoy da nombre a la calle del que fue su primer asentamiento, siendo trasladada a la Plaza Mayor a principios el siglo XVI.

    La Picota

    En 1581, Felipe II amparado en una bula del papa Gregario XIII que le permitía desmembrar a placer villas y lugares de las iglesias con menos de 40.000 ducados de renta, vende la villa de Toreno y lugares de su jurisdicción -Librán, San Pedro de Mallo, Santa Leocadia, Matarrosa y El Barrio de Langre, que pertenecían al arcedianazgo de Ribas del Sil, estando administrados por el licenciado Fernando Rodríguez- con sus vasallos, jurisdicciones y rentas, a Antonio Vázquez Buelta, vecino de Madrid, empleado de la corte y con raíces en Toreno, mandando que se le entreguen las varas de la justicia..., con los presos, prendas y bienes..., y que tenga, use y ejerza la jurisdicción civil y criminal, alta y bajo mero mixto imperio de la dicha villa y lugares... Y pueda tener, para su ejecución de la justicia en la dicha villa y lugares, orca, picota, cuchillo, cárcel, cepo, azote y las demás insignias de jurisdicción.

    Casa-palacio de los Condes de Toreno

    Un siglo más tarde, el 12 de Diciembre de 1657, la casa de los Queipo de Llano con solar en Cangas de Tineo, recibía el titulo de "Conde de Toreno" en la persona de Don Álvaro Queipo de Llano y Valdés. De esta manera el rey Felipe IV reconocía el señorío de esta casa en la zona del Sil. El séptimo conde poseedor del título, Don José María Queipo de Llano, fue elevado a la dignidad de Grande de España en el año 1808.

    En la Guerra de la Independencia sobresalen dos personas en la villa: José María Quipo de Llano y Ruiz de Saravia, séptimo conde de Toreno, renombrado político pero también escritor de Historia del levantamiento, guerra y revolución en España. Fue muy criticado en su época, destacando los versos del poeta Espronceda que en el canto 1 de su obra El diablo Mundo, le dedicó unos venenosos versos. "...Ai necio audaz de corazón... cieno. -A quien llaman el Conde de Toreno".

    El segundo personaje se centra en la figura de "Lorenzón", conocido como el guerrillero de Toreno que nació el 2 de Agosto de 1786. En su juventud, salió del seminario de Astorga y en compañía de su primo de San Juan de la Mata, Francisco Osorio, se fue cuenta a combatir contra los franceses. De todas sus aventuras destacaremos su participación en la defensa de Astorga en sus dos sitios de 1919 y 1912. Fue motivo de busca y captura por el invasor consiguiendo finalmente su captura.

    Durante la Guerra Civil, en el año 1934, la iglesia fue pasto de las llamas.

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